Desde hace años, existe un mito extendido entre los usuarios de dispositivos iOS: cerrar aplicaciones ayuda a mejorar la velocidad y el rendimiento del dispositivo. Sin embargo, este mito no solo es falso, sino que además puede ser perjudicial para el buen funcionamiento de tu iPhone o iPad. En este artículo, te explicamos por qué no hay que cerrar aplicaciones en iOS.
¿Por qué no hay que cerrar aplicaciones en iOS?
En primer lugar, es importante entender cómo funciona el sistema operativo de iOS. A diferencia de otros sistemas, como Android, iOS gestiona las aplicaciones de manera diferente. En lugar de cerrarlas completamente cuando las minimizas, las mantiene en segundo plano para que puedas volver a ellas rápidamente cuando las necesites.
De hecho, cerrar aplicaciones en iOS puede ser contraproducente. Cuando cierras una aplicación, el sistema operativo tiene que volver a cargarla por completo la próxima vez que la abras, lo que puede llevar más tiempo y consumir más recursos del dispositivo.
Además, el hecho de que iOS mantenga las aplicaciones en segundo plano no significa que estén consumiendo recursos de manera activa. El sistema operativo las suspende y las mantiene en un estado de bajo consumo de energía, lo que significa que no están afectando significativamente al rendimiento del dispositivo.
¿Qué sucede cuando cierras una aplicación en iOS?
Cuando cierras una aplicación en iOS, el sistema operativo la elimina de la memoria RAM del dispositivo. Esto puede parecer una buena idea para liberar espacio en la memoria, pero en realidad no es necesario.
El sistema operativo de iOS está diseñado para gestionar la memoria de manera eficiente, eliminando automáticamente las aplicaciones que no se están utilizando para liberar espacio. Por lo tanto, cerrar aplicaciones manualmente no te ayudará a ahorrar energía ni a mejorar el rendimiento del dispositivo.
¿Qué sucede si mantengo muchas aplicaciones abiertas en segundo plano?
Mantener muchas aplicaciones abiertas en segundo plano puede parecer que consumirá más recursos del dispositivo, pero en realidad no es así. iOS está diseñado para gestionar las aplicaciones de manera eficiente, y solo las mantendrá abiertas en segundo plano si hay suficiente memoria disponible.
Además, el hecho de que iOS mantenga las aplicaciones en segundo plano no significa que estén consumiendo activamente recursos del dispositivo. El sistema operativo las suspende y las mantiene en un estado de bajo consumo de energía, lo que significa que no están afectando significativamente al rendimiento del dispositivo.
En conclusión, no hay necesidad de cerrar aplicaciones en iOS. De hecho, hacerlo puede ser contraproducente y afectar negativamente al rendimiento del dispositivo. iOS está diseñado para gestionar las aplicaciones de manera eficiente y solo las mantendrá abiertas en segundo plano si hay suficiente memoria disponible. Por lo tanto, lo mejor es dejar que el sistema operativo haga su trabajo y no cerrar manualmente las aplicaciones que no se están utilizando.
Si quieres maximizar el rendimiento de tu dispositivo iOS, existen otras medidas que puedes tomar, como liberar espacio en la memoria, desactivar funciones innecesarias o actualizar el sistema operativo a la última versión disponible.
Recuerda que cerrar aplicaciones en iOS no es necesario, y que hacerlo puede ser perjudicial para el buen funcionamiento de tu dispositivo. Sigue estos consejos y disfruta de un iPhone o iPad rápido y eficiente.